No nos gusta el dolor, ni nos gusta sufrir. El dolor es algo inherente al ser humano, y es inevitable. Pero el sufrimiento es opcional. Sin embargo, nos conferimos SUFRIMIENTO a nosotros mismos, y como no lo sabemos procesar, lo proyectamos en los demás, en forma de agresividad. No trabajar la compasión hacia nosotros mismos nos lleva a hacer daños a los demás, pero también a nosotros, (conductas adictivas). Por ello podemos decir que, el sufrimiento nos lleva a la autodestrucción.
Sin embargo, existe un antídoto contra el sufrimiento: LA COMPASIÓN Y LA MEDITACIÓN
Hay dos formas de sufrimiento:
- Sufrimiento Físico
- Sufrimiento Emocional
Es paradójico que en un momento en el que tenemos tanta información sobre las consecuencias negativas de algunas conductas sobre nuestra salud, enfermedades crónicas evitables, como la diabetes las enfermedades cardiovasculares o la anorexia, sean cada vez más frecuentes. En este aspecto un estilo de vida saludable, basado en la dieta adecuada, y disciplinas cuerpo mente como el Yoga y el Pilates pueden ser de gran ayuda.
Partiendo de la afirmación que las emociones aflictivas causan dolor, y que mantenidas en el tiempo nos enferman, el Mindfulness es una herramienta maravillosa que nos enseña a reconducir las emociones, de forma que evitemos el daño de las emociones negativas nos generan a nosotros mismos y a los demás. Y a la vez, fomentar las emociones positivas.

Nuestra sociedad fomenta el Sistema de la amenaza y el logro. Sistemas que generan ansiedad y estrés, que mantenido en el tiempo provocan malestar emocional y físico. Por suerte, MINDFUNESS es una herramienta que desactiva el exceso de activación de estos dos sistemas mientras activa el sistema de la Calma y la Compasión.
La COMPASIÓN la respuesta pluridimensional ante el dolor, el sufrimiento, y la angustia propia y de los demás. Incluiría la bondad, la generosidad y la aceptación. Así como la empatía, la tolerancia y la valentía. Sería la capacidad de abrirse a la realidad del sufrimiento con la voluntad de paliarlo.
Mindfulness nos enseña a mirar las cosas con ecuanimidad. Nos da la capacidad de ver lo que ocurre sin reaccionar, es decir sin dejarnos llevar por las emociones. La ecuanimidad es lo que nos permite reaccionar con sensatez ante lo que nos acontece.
Mindfulness nos permite cambiar nuestra realidad, pues cambiando nuestra mente modificamos nuestra percepción de la realidad, y sobre todo como reaccionamos ante ella. Todo ello no sólo en beneficio propio sino también en beneficio de los demás.
Desarrollar la compasión es nuestra responsabilidad, el objetivo es evitar nuestro sufrimiento y el de los demás. Es un proceso, que se puede entrenar. Para ello es fundamental tomar consciencia de nuestra actividad mental.
El objetivo sería modificar nuestra mente de forma que facilitemos la aparición de emociones positivas y evitemos la aparición de emociones negativas. Gracias a la plasticidad de cerebro podemos modificar nuestra mente. Controlando nuestra forma de pensar, modificamos nuestra mente y nuestra conducta.
Así pues, en un mundo cambiante es importante desarrollar la adaptabilidad y la flexibilidad de pensamiento. Tener presente que ante el sufrimiento físico y mental tenemos armas como un estilo de vida saludable (buena alimentación y ejercicio) y la meditación. En este sentido la importancia de Mindfulness radica en que esta herramienta nos dota de la capacidad de ser conscientes de lo que ocurre en el momento, de ser consciente de nosotros mismos y del entorno y reaccionar de la forma adecuada.