Charles Duhigg en su libro «El Poder de los Hábitos», habla de por qué hacemos lo que hacemos.
No somos conscientes que gran parte de nuestras decisiones diarias, en realidad no son decisiones, sino hábitos programados en nuestra mente. Los habitos importan porque son lo que determinan nuestro estilo de vida. En este sentido, poder reprogramar la mente, para sustituir hábitos perjudiciales por hábitos positivos, es una herramienta maravillosa.
En su libro el Poder de los Hábitos (2012), Charles Duhigg explica el patrón neurológico que gobierna cualquier hábito. Entender este patrón, nos va a permitir romper hábitos negativos y sustituirlos por positivos. El bucle que genera un hábito se compone de tres elementos:
- Disparador: Estímulo que se genera y da al cerebro la orde de que hacer para obtener una recompensa determinada.
- Respuesta:
- Recompensa: Es lo que dice a l cerebro si vale la pena repetir esa acción en el futuro.
Es un PROCESO DE OBSERVACIÓN para, identificado el disparador, ser capaces de modificar la respuesta automática que damos, para obtener la recompensa. Pues generalmente hacemos las cosas buscando una recompensa. La clave está en modificar la respuesta automática que damos al disparador. Pues muchas veces esa respuesta automática no es la óptima.
Por otro lado, debemos tener claro la existencia de hábitos clave, positivos y negativos, que desencadenan otros hábitos. Así como un hábito básico positivo puede impactar positivamente muchos aspectos de nuestras vidas, un hábito negativo puede desencadenar otros hábitos negativos. Es necesario identificar esto hábitos clave.
En resumen, para mejorar nuestras vidas debemos:
- Ser consciente de querer cambiar determinados hábitos negativos.
- Trabajar en cambiar la respuesta que damos a los estímulos diarios que recibimos.
- Entender que no todos los hábitos son iguales. Por ello, debemos identificar aquellos que actúan de catalizadores de otros hábitos. Pues a un hábito clave positivo, le van a seguir otros habitos positivos. Por poner un ejemplo, practicar Yoga o meditar por las mañanas de forma regular, en la medida que empieces a sentirte mejor, más concetrado, y que rindes más en tu trabajo, estó te provocará un bienestar que te dotará de la persistencia y la fuerza de voluntad para perseverar. Otro ejemplo, cuando notes que si practicas Pilates o Yoga por la noche, te sientes más relajado y que descansas mejor, y como con el tiempo tu nivel de estrés se reduce considerablemente. Esto va a resultar en un catalizador que te hará perseverar en este hábito, pero también te llevará a empreneder el camino de un etilo de vida más sano, basado hábitos positivos como una alimentación más equilibrada, y todo ello aportará más felicidad, Y quien no quiere ser más feliz?